La creciente influencia de los creadores de contenido en las plataformas digitales ha generado la necesidad de establecer normas claras que garanticen la transparencia en la publicidad. Esta actividad está regulada por la ley de Competencia, de ámbito federal, y por el organismo Ad Standards Canada. De ellas se desprenden dos normas principales:
1. Hacer pública cualquier conexión material entre el producto, servicio o marca y el influencer que pueda afectar a la credibilidad. La conexión material más común es el pago, pero dentro de esta categoría caben también invitaciones a eventos, regalos, participaciones en sorteos o relaciones u otros intereses personales que el influencer debe de hacer públicos sin ambigüedad (por ejemplo, la publicación de enlaces o cupones de descuento podrían considerarse insuficientes) y accesibles en todos los formatos en los que se publique contenido. En el caso de que esta norma no se cumpla, el contenido del influencer podría considerarse falso o engañoso, y por tanto contrario a la ley de Competencia.
2. Evitar la publicidad engañosa. Básicamente, se considera publicidad engañosa aquella que promete algo que no se puede cumplir. En los últimos años se ha observado un aumento de este tipo de publicidad debido, entre otros, al incremento del ritmo y volumen de producción de contenido, al incremento de la competencia y a la existencia de lagunas legales debido al desarrollo de nuevas tecnologías y de nuevas prácticas todavía por regular. Un reciente estudio de la UNESCO realizado entre nano-influencers (entre 1.000 y 10.000 seguidores) reveló que el 62% de los participantes en el estudio no verificaban la información que compartían con la audiencia y solamente el 17% declaró basar las opiniones compartidas en documentación y/o evidencia.
Otras normas que se deben cumplir son:
- Ley de protección de información personal y documentos electrónicos (PIPEDA): cuando se recogen datos personales de la audiencia a la que se dirige la campaña publicitaria se debe salvaguardar la privacidad de dichos datos.
- Legislación anti-spam (CASL).
- Legislación relacionada con impuestos: los rendimientos del contenido online publicado por influencers se considera imponible cuando excede de 30.000 CAD durante cuatro trimestres.
Por el momento, a falta de legislación específica, los influencers generados con inteligencia artificial deberán seguir las normas descritas anteriormente.
Fuentes: