A partir de 2025, Italia introducirá un código ATECO exclusivo para actividades relacionadas con el marketing de influencers. Esta iniciativa tiene como objetivo regular un sector en constante expansión, alineando las prácticas comerciales con los estándares de transparencia y fiscalización establecidos por el gobierno italiano.
La medida busca profesionalizar y diferenciar a los influencers que utilizan sus plataformas para generar ingresos mediante acuerdos publicitarios, promoviendo productos y servicios. Con este nuevo código, las autoridades esperan establecer criterios claros para definir quién es un influencer profesional y garantizar que cumplan con las normativas fiscales y de consumo. Según AGCOM (Autoridad para las Comunicaciones en Italia), un influencer debe cumplir ciertos requisitos, como tener un número considerable de seguidores y una actividad económica consistente y orientada al mercado nacional.
La creación de este código responde a la creciente relevancia del marketing de influencers en la economía digital. Según un informe publicado por la Comisión Europea, este sector generó ingresos globales por casi 20.000 millones de euros en 2023. En Europa, el sector tiene un crecimiento anual promedio del 20% y se espera que supere los 25.000 millones de dólares en 2025. También pretende abordar desafíos relacionados con la transparencia y el cumplimiento normativo.
Con esta regulación, las autoridades italianas buscan no solo proteger a los consumidores, sino también estructurar mejor un sector que a menudo opera sin estándares uniformes. Además, se prevén sanciones para quienes no cumplan con las normativas, con multas que oscilan entre 10.000 y 600.000 euros dependiendo de la gravedad de la infracción. Igualmente, se implementarán medidas para proteger a los consumidores, garantizando que el contenido patrocinado sea claramente identificable, con el fin de evitar confusiones entre publicidad y opiniones personales.
El desarrollo de esta nueva clasificación forma parte de un esfuerzo más amplio por parte de Italia y la Unión Europea para garantizar que la economía digital se rija por principios éticos y legales. Este nuevo marco regulatorio posiciona a Italia como un referente en la gestión de la economía digital, destacando su compromiso con la transparencia y la sostenibilidad en el mercado de influencers.