Las cinco claves del informe son las siguientes:
1. Pragmatismo: los consumidores chinos priorizan la evidencia con base científica sobre el storytelling y el prestigio de marca. Así, las estrategias de comunicación se distancian cada vez más de los medios de masas para focalizarse en colaboraciones con influencers de nicho.
2. Adaptabilidad: sobre todo en sectores emergentes, como el de las mascotas o las figuras coleccionables, algunas marcas locales son capaces de superar en cuota de mercado a multinacionales extranjeras gracias a su mayor agilidad en la toma de decisiones e innovación constante.
3. Alta segmentación: la estrategia más eficiente para el crecimiento en China es el liderazgo en nichos muy concretos. Mediante la concentración de recursos en segmentos muy especializados durante las primeras fases, las empresas extranjeras pueden alcanzar una notoriedad que les permita diversificar su catálogo posteriormente.
4. Competitividad local: resulta necesario desarrollar estrategias específicas para el mercado chino y no tratarlo como un mero destino de exportaciones. La ventaja del valor percibido de las marcas internacionales con respecto a las domésticas pertenece cada vez más al pasado.
5. Amplitud geográfica: el poder adquisitivo se ha dispersado a lo largo y ancho del territorio chino. De este modo, ciudades de nivel 2 (como Hefei o Nanchang) y ciudades del nuevo nivel 1 (como Hangzhou, Wuhan, Nanjing o Zhengzhou) llegan a mostrar mejores expectativas de crecimiento del consumo que las principales ciudades del país.
En este sentido, el sistema de indicadores de la lista de ciudades se basa en cinco dimensiones principales:
- Concentración de recursos comerciales.
- Conectividad urbana (como nodo de transporte y logística).
- Actividad ciudadana.
- Competitividad en la nueva economía.
- Potencial de desarrollo futuro.
En 2025, una de las mayores sorpresas del ranking ha sido el notable ascenso de la ciudad de Hefei (provincia de Anhui), que subió 4 posiciones para pasar a ubicarse en el puesto 11 entre las ciudades de nuevo primer nivel. De esta manera, ha superado a urbes como Dongguan, Wuxi, Ningbo o Qingdao.
En lo que concierne a cuestiones demográficas, McKinsey&Company destaca que en 2024 los ingresos de los residentes de áreas rurales aumentaron un 6,6 % interanualmente, mientras que los de los residentes urbanos crecieron un 4,5 %. Asimismo, los millennials de ingresos bajos en las ciudades de primer y segundo nivel siguen siendo el grupo más pesimista, mientras que los consumidores de las ciudades de tercer nivel y los miembros de la generación Z urbana continúan conformando el grupo más optimista.
En definitiva, China ya no es cuna del consumidor pasivo, sino del que quiere ser cocreador de las marcas que le entusiasman. La aprehensión de este país va más allá del acceso a su mercado: quienes consigan hacerse hueco podrán ser partícipes de un ecosistema que definirá las tendencias de consumo globales.
Fuentes: