Desde PayNoPain destacan una serie de “tendencias clave” que marcarán los métodos de pago en 2025, como las carteras digitales, los pagos instantáneos o la irrupción paulatina de monedas digitales de bancos centrales (CBDC).
En España, la adopción de estas innovaciones ya se deja notar: el efectivo va perdiendo protagonismo, surgen modelos de “compra ahora, paga después” sin intereses y Bizum se internacionaliza.
Este cambio de hábitos también se refleja en el crecimiento exponencial del comercio electrónico: de 2019 a 2024, los pagos online en España se multiplicaron casi por tres, y en ese entorno la tarjeta sigue siendo el medio dominante (51 %) aunque pierde terreno frente a otras soluciones digitales (26 %).
Las carteras digitales y los wallets ganan terreno global y localmente
Una de las tendencias que PayNoPain identifica como esencial para 2025 es el auge de los digital wallets (carteras digitales). Ejemplos como Apple Pay, Google Pay o servicios integrados en aplicaciones bancarias se convertirán en el principal punto de interacción entre consumidores y múltiples medios de pago subyacentes.
En el entorno español, esta transición ya es perceptible: los pagos digitales alternativos (no con tarjeta directamente) están ganando protagonismo en el comercio online, mientras que soluciones como las carteras móviles comienzan a asumir un rol más relevante.
Los pagos instantáneos emergen como estándar, no excepción
La transición hacia pagos casi instantáneos (cuenta a cuenta, con confirmación rápida) es otra de las grandes apuestas internacionales y nacionales. PayNoPain subraya que los pagos inmediatos forman parte de la revolución estructural en los “back-end” de pago, junto con la modernización de las infraestructuras de procesamiento.
Compra ahora, paga después (BNPL) sin costes: la nueva ofensiva bancaria
Una de las novedades más recientes con impacto en el mercado español es el proyecto “Plazo Cero”, impulsado por el Sistema de Tarjetas y Medios de Pago (STMP) y con respaldo de grandes entidades bancarias. El objetivo es ofrecer pagos aplazados con tarjeta sin intereses ni comisiones, directamente a través del TPV —tanto en tiendas físicas como en comercio online— sin necesidad de que el cliente active una app adicional ni registre un servicio adicional.
La moneda digital del BCE (euro digital) avanza tras bambalinas
Más allá de las tendencias del mercado privado, el diseño y posible implementación del euro digital es una pieza fundamental para la arquitectura futura de pagos en Europa y España. El Banco Central Europeo trabaja desde 2023 en definir su diseño y su normativa, con miras a desplegarlo en los próximos años como complemento al efectivo.
El euro digital debería ofrecer una forma de dinero público digital, con garantías de estabilidad y regulación, y bajo un diseño que preserve la privacidad y no reemplace al efectivo de forma abrupta. Se espera que su existencia refuerce la soberanía monetaria europea frente a proveedores extranjeros de servicios de pago digital. España forma parte del grupo de países que apoya este proyecto.
La introducción de un euro digital podría acelerar aún más la adopción de pagos electrónicos, reducir costos de intermediación y facilitar micropagos o transacciones de baja cuantía con eficiencia.
Los riesgos del fraude y la privacidad se mantienen como foco central
Aunque la transformación avanza con rapidez, los desafíos en seguridad, privacidad y confianza siguen ocupando las primeras posiciones entre las preocupaciones del sector. PayNoPain señala que los cambios regulatorios relativos a la privacidad de datos y la ciberseguridad constituyen las principales preocupaciones (48 %) para los actores del ecosistema de pagos, por encima incluso de las criptomonedas y CBDC (28 %).
En España, el Banco de España ha alertado de que cerca del 80 % de los fraudes ya se cometen en compras online, frente al 20 % restantes en transacciones físicas. Para los consumidores, se recomienda verificar cargos, exigir comprobantes y estar alerta incluso en pagos aparentemente menores donde no hace falta PIN.
Las tecnologías de autenticación —como biometría, tokenización, credenciales digitales unificadas— están siendo adoptadas como barreras frente al fraude. En España, ya alrededor del 63 % de usuarios en Europa y Latinoamérica utilizan reconocimiento de huella o facial para autorizar pagos. También la tokenización ha contribuido a reducir el fraude hasta en un 60 % en operaciones digitales.
El uso intensivo de datos generados en las transacciones (quién compra qué, cuándo y dónde) representa una fuente de valor para empresas de pagos, pero al mismo tiempo un foco de tensión regulatoria sobre la privacidad y protección de datos.
La transformación no es solo tecnológica: es cultural, regulatoria y estratégica
La evolución de los medios de pago es más que introducir nuevas apps o infraestructuras. Es una transformación cultural: los consumidores deben confiar en métodos nuevos, renunciar al anonimato del efectivo en algunas situaciones y adoptar nuevas rutinas de pago. En España, muchos aún valoran la privacidad y el anonimato asociados al dinero en metálico, lo que ralentiza la transición en ciertos segmentos sociales.
Perspectivas para 2025: velocidad, diversidad y control
De cara a 2025, queda claro que los pagos online no serán una mera evolución incremental, sino un terreno donde confluyen innovación, regulación, competencia y cambio cultural. Algunas claves a observar:
- Checkout simplificado: el proceso de pago será un campo de batalla. La integración de métodos diversos —tarjetas, wallets, pagos instantáneos— y la reducción de fricción (menos pasos, menos datos) serán decisivos para la tasa de conversión.
- Wallets como centro de la experiencia: las carteras digitales actuarán como hub para múltiples fondos, tarjetas, identidad y servicios financieros.
- Pagos instantáneos dominantes: modelos de pago en tiempo real terminarán por convertirse en norma, tanto en el ámbito doméstico como en el transfronterizo.
- BNPL sin coste para el cliente: modelos como “Plazo Cero” demostrarán que el aplazamiento puede integrarse de forma nativa y competitiva en el sistema financiero tradicional.
- Integración europea y soberanía digital: el euro digital, EPI y conexiones como Bizum/MB Way/ Bancomat marcarán la carrera por los pagos paneuropeos.
- Seguridad, regulaciones y privacidad al frente: los operadores deberán equilibrar innovación con protección del consumidor, cumplimiento regulatorio (como PSD3) y gestión del riesgo reputacional.
Para los comercios y negocios online —desde grandes marketplaces hasta pequeñas tiendas— la clave será adaptar su infraestructura de pagos a esta diversidad. Incorporar múltiples métodos de pago, priorizar la experiencia móvil, asegurar rapidez y minimizar fricciones serán factores competitivos. Quienes no lo hagan quedarán rezagados frente a rivales ágiles o plataformas que ya incorporan estos avances.
En definitiva, la transformación del universo de pagos online en España y en Europa ya no es una visión de futuro, sino una realidad en construcción. Lo que hace unos años se entendía como innovación disruptiva (pagos instantáneos, BNPL, carteras digitales, CBDC) está ya presente en estrategias corporativas, normativas y hábitos de consumo. El reto ahora es consolidar esta transición: que estos métodos no sean simples añadidos, sino herramientas integradas, confiables y eficientes para usuarios, comercios e instituciones.
La combinación de tecnología, datos, regulación y confianza definirán cuál es el modelo de pagos dominante en la próxima década. En ese tablero, España tiene ventajas —como una penetración elevada de redes bancarias y ecosistemas como Bizum—, pero deberá moverse con decisión para no depender de proveedores extranjeros ni quedar marginado en la arquitectura europea del dinero digital.
Fuentes:
PayNoPain, El Pais, Soria Noticias, Mastercard, Redsys, PwC, Cinco Días, Los40. ElHuffPost, ElHuffPost, CyberLideria MGZN, Diario AS