Tal y como advertían los expertos, los compradores en Nueva Zelanda están viéndose afectados por una creciente cantidad de barreras al consumo, incluyendo no solo tasas de inflación elevadas, sino también una economía ralentizada. Como es comprensible, esto ha afectado no solo al consumo en establecimientos tradicionales, sino también a la compra en plataformas digitales.
Durante los primeros seis meses de 2024, se realizaron un total de 14,4 millones de transacciones online en Nueva Zelanda, aproximadamente 8% más que en el mismo periodo del año anterior. Pese a esto, el valor total de las ventas de e-commerce aumentó en tan solo 1% en el mismo periodo, alcanzando los 764,24 millones de euros, pues cambios en los hábitos de consumo de los neozelandeses afectaron la forma, lugar y modo en que estos realizan sus compras.
Priorizando compras de primera necesidad por encima de gustos discrecionales, los consumidores neozelandeses buscan maximizar el valor de cada una de sus transacciones, reduciendo asimismo el precio de su cesta. Entre el segundo trimestre de 2023 y el segundo trimestre de 2024, el valor de la cesta media en el e-commerce neozelandés fue reducida en un 6%, alcanzando un valor de 53,33 €. No solo eso, si no que muchos consumidores decidieron alejarse directamente de los canales digitales en el momento de realizar sus compras, lo que ha reducido el número de compradores online en un 0,4%, una caída de aproximadamente 24 mil personas.
De cualquier modo, es relevante mencionar que esta ralentización del e-commerce no ha sido homogénea a través de sus diversos sectores, pues existen varios segmentos cuyo valor de ventas ha aumentado de manera notable. Pese a que los segmentos de productos consumibles (alimentación, bebidas y tabaco), electrodomésticos y electrónicos de consumo han visto reducciones al valor de sus ventas, bienes de bajo coste, productos de cuidado personal y ropa han mantenido sus tendencias crecientes de temporadas pasadas. Esto pone en evidencia la mayor elasticidad en la demanda de bienes de menor necesidad, tanto los bienes de consumo como la compra online de alimentos, que trae consigo elevados costes añadidos por la gestión y entrega.
No solo así, sino que también se observan diferencias por área geográfica, pues zonas altamente urbanizadas, como las regiones de Auckland, Wellington o Nelson, han sufrido caídas del 2% en este trimestre con respecto al de 2023, pero regiones menos urbanizadas, como Taranaki, han aumentado sus cifras de venta en hasta un 9%. Esto se atribuye, de manera general, a una mayor oferta tradicional en regiones más urbanizadas, lo que otorga a los consumidores una mayor variedad de opciones en el momento de la compra. La región de Wellington, que alberga la homónima ciudad capital, sufre las mayores caídas a nivel nacional.
De cualquier forma, las cifras del e-commerce en Nueva Zelanda son relativamente positivas dentro del contexto de este país pues, en el segundo trimestre de 2024, el sector minorista tradicional ha caído en un 3%. Aunque sigue suponiendo la parte mayoritaria del sector minorista neozelandés total, aproximadamente 88,8% de las ventas totales, tanto el número de transacciones como la cesta media en este sector cayeron en este periodo de 2024 con respecto al año anterior.
- Las previsiones económicas y de consumo para los próximos seis meses son cautelosamente optimistas, pero no se espera que la actividad económica se recupere hasta adentrado el año 2025. De cualquier modo, los últimos años han mostrado que los consumidores neozelandeses son altamente adaptables, manteniendo un consumo resiliente durante la pandemia, los confinamientos y la consecuente crisis económica.
- Fuente: NZPost