Esta es la idea central que articula el manifiesto publicado por Ecommerce Europe, la organización que agrupa a las principales asociaciones de e-commerce del continente, con el objetivo de marcar la agenda política de la próxima legislatura comunitaria.
El documento subraya que la Unión Europea se encuentra en un punto de inflexión. En los próximos cinco años, las instituciones tendrán que decidir si Europa logra consolidar una economía más circular, innovadora y digital, sin dejar atrás a las pymes ni perder competitividad frente a gigantes globales. Según Ecommerce Europe, el comercio digital no solo ha demostrado su resiliencia en tiempos de crisis —como durante la pandemia de la COVID-19— sino que puede convertirse en un auténtico catalizador del futuro económico del continente.
La transformación digital del comercio es una oportunidad estratégica para Europa. En 2022, el volumen del e-commerce en la UE-27 alcanzó los 573.000 millones de euros, con tasas de crecimiento superiores al 10% nominal. Además, el peso del comercio electrónico en el PIB europeo pasó del 2,6% en 2018 al 3,58% en 2022. Estos datos evidencian que el consumo digital ya no es marginal: tres de cada cuatro europeos compran online de forma habitual, una tendencia que seguirá al alza.
Ecommerce Europe presenta un conjunto de principios clave para guiar la regulación del sector.
Entre ellos destacan la necesidad de preservar la neutralidad de los canales —tratando por igual al comercio online y offline—, reforzar la armonización normativa en el mercado único, garantizar la igualdad de condiciones frente a competidores extracomunitarios y priorizar la aplicación de reglas antes que la creación de nuevas normas. Asimismo, la organización insiste en aplicar el principio de “Think Small First” para que las pymes, que representan el 90% del tejido empresarial, puedan competir en un entorno globalizado.
La armonización normativa es condición indispensable para un verdadero mercado único digital.
Pese a los avances, muchas barreras impiden aún el comercio transfronterizo dentro de la UE. Ecommerce Europe alerta de que la fragmentación regulatoria limita la expansión de las empresas europeas, reduce su competitividad internacional y resta opciones a los consumidores. Por ello, exige reglas comunes que eviten cargas innecesarias, aumenten la seguridad jurídica y fortalezcan la cohesión del mercado único.
La igualdad de condiciones frente a actores extracomunitarios es otro de los ejes de la propuesta.
En la actualidad, las empresas europeas deben cumplir con un creciente volumen de normativas, mientras que competidores de terceros países operan bajo requisitos menos estrictos. Esto genera una desventaja competitiva evidente. Ecommerce Europe reclama que cualquier compañía que venda en el mercado comunitario cumpla las mismas normas, sin excepciones, para proteger la competitividad local.
El manifiesto también subraya la necesidad de reforzar la capacidad de aplicación de las normas europeas.
Las autoridades nacionales suelen estar infrafinanciadas, mal coordinadas y con recursos limitados. En este contexto, aprobar nuevas leyes sin garantizar su cumplimiento efectivo puede ser contraproducente. La organización aboga por mejorar la cooperación transfronteriza, dotar de más medios a las autoridades competentes y abrir un diálogo estructurado con las empresas para asegurar que las reglas sean viables y efectivas.
Las pymes deben situarse en el centro de la regulación digital.
El comercio electrónico europeo está poblado por pequeñas y medianas empresas que, a menudo, no disponen de los recursos necesarios para afrontar complejos requisitos administrativos. Según el manifiesto, se debería avanzar hacia normas menos prescriptivas y más orientadas a resultados, reduciendo la burocracia y permitiendo a las pymes competir en igualdad de condiciones con grandes multinacionales.
La coherencia regulatoria es otro desafío urgente para el comercio digital.
La aceleración legislativa de los últimos años ha generado un marco normativo fragmentado y, en ocasiones, contradictorio. Ecommerce Europe reclama procesos más transparentes, consultas representativas con los actores implicados y calendarios que otorguen tiempo suficiente para la adaptación de las empresas. El principio de “better regulation” debe ser una brújula que evite improvisaciones y garantice seguridad jurídica.
Entre las prioridades políticas del próximo mandato europeo destaca la creación de un mercado circular único.
La organización denuncia que la falta de definiciones armonizadas en materia de residuos y responsabilidad ampliada del productor supone un obstáculo para avanzar hacia la economía circular. Propone crear un Registro Único Europeo de Productores, revisar la definición de “residuo” para distinguir entre productos reutilizables y desechos, y promover incentivos fiscales como reducciones de IVA en reparaciones o compra de repuestos.
La gestión de los datos empresariales será otro frente crucial en la legislatura 2024-2029.
El manifiesto advierte de que las obligaciones de reporte y de compartición de datos son cada vez más exigentes y dispersas, lo que puede asfixiar a las empresas. Para evitarlo, Ecommerce Europe propone racionalizar la cantidad y formato de datos requeridos, alinear las exigencias administrativas de ventas intra-UE, e involucrar a todos los actores de la cadena en el flujo de información ambiental, en el marco del futuro Pasaporte Digital de Productos.
La información al consumidor también debe modernizarse con herramientas digitales.
El auge de soluciones de etiquetado electrónico y de comunicación online abre la puerta a reducir residuos, ofrecer información más precisa y adaptarse a nuevas formas de consumo como el comercio móvil o el de segunda mano. Ecommerce Europe defiende un enfoque coordinado entre Estados miembros y pide guías claras que eviten la actual fragmentación, asegurando que los consumidores reciban información útil sin sobrecarga.
La protección al consumidor debe equilibrarse con la necesidad de crecimiento económico.
El manifiesto rechaza la visión de que el comercio electrónico recurra sistemáticamente a prácticas desleales y recuerda que Europa ya posee la legislación más avanzada del mundo en esta materia. El verdadero reto está en la aplicación efectiva de las normas existentes, como la Directiva de Prácticas Comerciales Desleales o la Directiva Ómnibus. En este sentido, se pide reforzar la cooperación entre autoridades y empresas, evitando generar más complejidad regulatoria.
El sistema de pagos europeo necesita una transformación para ser competitivo e innovador.
Hoy el mercado está dominado por los sistemas tradicionales de tarjetas, lo que genera dependencia de esquemas internacionales y costes crecientes para comerciantes y consumidores. Ecommerce Europe pide a Bruselas impulsar la competencia en el mercado de pagos, fomentar el desarrollo de la banca abierta y garantizar que el futuro euro digital no reproduzca las ineficiencias actuales, sino que ofrezca un medio inclusivo, económico y atractivo para todos.
La política fiscal y aduanera europea requiere mayor simplificación y coherencia. Aunque las reformas recientes han mejorado la recaudación, también han generado incertidumbre y dificultades para las empresas. El manifiesto alerta sobre problemas de solapamiento normativo, proliferación de registros, retrasos en la implementación y falta de interoperabilidad entre plataformas de datos. La propuesta incluye alinear legislaciones, garantizar la interoperabilidad tecnológica y ofrecer guías claras con suficiente antelación para que las empresas se adapten.
La estabilidad fiscal internacional es esencial para evitar guerras impositivas y distorsiones en el mercado digital.
La falta de un acuerdo global sobre la tributación de grandes empresas abre la puerta a medidas unilaterales como las tasas digitales, que generan inseguridad jurídica y riesgos de doble imposición. Ecommerce Europe aboga por una transposición armonizada de las reglas internacionales en la UE y los Estados miembros, evitando duplicidades y promoviendo un marco estable y competitivo.
La logística y la entrega transfronteriza de paquetes siguen siendo cuellos de botella para el ecommerce europeo.
El manifiesto resalta la necesidad de adaptar la normativa de transporte y etiquetado a la realidad de la última milla y revisar si el marco postal europeo sigue siendo adecuado. Todo ello, con un enfoque proporcional y basado en evidencias, que facilite la innovación y mejore el acceso de las pymes al mercado de envíos.
En definitiva, el manifiesto de Ecommerce Europe constituye un auténtico programa de acción para los próximos cinco años. La organización exige a las instituciones comunitarias que sitúen al comercio digital en el centro de la agenda política, no como un sector más, sino como un motor clave de competitividad, sostenibilidad e innovación para toda la economía europea. Con un mercado de más de 400 millones de consumidores digitales, Europa tiene la oportunidad de liderar el futuro del comercio global, siempre que logre construir un marco normativo claro, justo y ambicioso.
Fuente: Ecommerce-Europe-European-Elections-2024-Manifesto-v2.pdf
