La realidad del mercado online de Senegal

Kya y Rokhaya nacieron en Senegal y se conocieron en el colegio de San Luis. Una se fue con sus padres a vivir a Francia. Si narramos el día a día de una de ellas, por exclusión, podemos saber quién es quién.

Kya se despierta por las mañanas con la alarma del  Iphone y mira los Whatsapps acumulados durante la noche. Desayuna mirando Facebook  e Instagram. Las imágenes se descargan sin latencia gracias a los 100Mb/s contratados. Va a la universidad escuchando música de Spotify a través de sus auriculares inalámbricos y mirando vestidos en el Smartphone.

Va a casa de un compañero a comer, donde piden una pizza a través del 4G del Smartphone, que llega en diez minutos. Su madre le regaña por comer tanta comida rápida. En el confinamiento ella ha hecho todos los esfuerzos porque hubiera productos frescos sin correr riesgos. Para ello ha utilizado dos plataformas de productos alimenticios novedosas: Niokobok y Club Cosam. Son bastante más rápidas que Amazon Prime.

Tras las clases, algunas de ellas conectadas por teleconferencia al paraninfo de Estados Unidos, sentada en el autobús, pide una cuerda para saltar a la comba en la página de Decathlon. Más tarde ve un vestido en Instagram que le gusta. Lo compara con otras ofertas de su proveedor local con el que habla por Whatsapp y, finalmente, lo compra pagando con el móvil. Le habría gustado encargar unos zapatos para su sobrino a través de Pequeshoes, una empresa española. Pero la página no está traducida al francés y ella no sabe español.

En casa, con sumo cuidado, empaqueta un kit de cosméticos que una amiga de su antiguo colegio en San Luis le ha pedido, porque no se pueden encontrar en la ciudad donde vive. Por la noche va a una fiesta y, al darse cuenta de que se ha olvidado de llevar algo, pide a domicilio dos botellas de vino tinto a través de una página web que se llama Taf Taf y que llega en menos tiempo que la pizza.

Ya no tendríamos ni que hablar de Rokhaya porque Kya es la que vive en Francia. ¿Verdad? Pues no. ¿Y los cosméticos, os preguntaréis? Son blanqueantes de piel prohibidos en Europa.

- ¿Y Amazon?

- Amazon no llega directamente a Senegal, salvo para libros. Se puede comprar allí pero a través de otras plataformas como DHL Africa eshop, que te permite enviar los productos a un centro logístico en Europa o EEUU y que ellos te lo lleven a Senegal.

- ¿Y el pago por el móvil?

- La población está tan poco bancarizada que se hacen muchos más pagos por plataformas como Orange Money que por tarjeta de crédito.

-Entonces… ¿Es tan fácil vender online en Senegal?

-No.

- Y ¿por qué?

- Porque la logística es complicada y los trámites burocráticos son desmoralizantes, sobre todo en la aduana.

- Y si es tan difícil. ¿Alguien vende allí en Senegal?

- Sí. Ilegalmente muchos que llenan las maletas con productos que se les pide por Whatsapp u otra red social. Es un comercio enorme. Pero no nos interesa.

Lo que nos interesa es el comercio online legal. Y para cobrar y poner los productos adecuada y legalmente la Oficina de Dakar está trabajando en un informe sobre la Última Milla del E-Commerce en Senegal que verá la luz próximamente.

Por el momento puedes encontrar información sobre el mercado digital en el Informe e-País de comercio electrónico en Senegal realizado por la Oficina Económica y Comercial de España en Dakar.