Esto convierte a Chile en uno de los países líderes de la región en penetración del comercio digital, con un 98,3 %, de acuerdo al IX Informe de Tendencias de Medios de Pago, que acaba de presentar Minsait Payments.
Según este estudio, ha recogido El Economista, Chile es el país con el mayor nivel de bancarización de Latinoamérica, ya sea en relación con su población total (74,3 %), o sobre la población internauta (90,5 %). Al mismo tiempo, junto con Portugal -y solo por detrás de Reino Unido- es donde se evidencia la mayor penetración de la tarjeta de débito, alcanzando al 97,0 % de tenencia entre la población ABI, mientras que la tarjeta de crédito llega a un 66,3 % y las tarjetas de prepago a un 27,4 %. Además, el 44,4 % de los encuestados opera con una institución financiera, mientras que el porcentaje de quienes operan con dos o más bancos se eleva a 55,6 % de la población.
En la participación de los distintos medios de pago en los gastos mensuales de la población ABI destaca la caída del efectivo (9,5 puntos porcentuales) y la alta presencia de las tarjetas. De esta manera, y durante 2019, el 77,8 % de los encuestados utilizó el efectivo como medio de pago, el 87 % tarjetas, 46,4 % cargo a la cuenta, 18,5 % realizó el pago a través del teléfono móvil y el 15 % por medio de aplicaciones de pago entre particulares.
Por otra parte, Chile es el país latinoamericano donde peor se percibe el eventual ingreso de las bigtech al sector financiero. Solo un 25,2 % considera que el servicio financiero que entregarían los gigantes tecnológicos sería mejor que el que entrega la banca actualmente, mientras que un 23,2 % avizora que el servicio será de peor calidad.
Globalmente, el informe concluye que la multi-bancarización es otra tendencia que está creciendo a un ritmo acelerado, de lo que se deduce que las necesidades financieras actuales de los consumidores no están siendo cubiertas por una sola entidad y que, de seguir así, este fenómeno podría intensificarse en los próximos años.
Pese a ello, la relación con el cliente no se percibe entre los cinco primeros desafíos del sector, que prioriza áreas como la transformación digital, la competencia Bigtech, el cumplimiento normativo o el fraude y la seguridad. En esta línea, el informe advierte que esta circunstancia podría ser aprovechada por los nuevos agentes que traerá consigo el Open Banking. Según los datos recogidos en el estudio, la población bancarizada que opera con más de una entidad financiera es mayoritaria en los países estudiados (superior al 50 %), con España como única excepción, que posee el nivel más bajo de multibancarización.
Además, en todos los países se evidencia, durante el último año, una disminución significativa en la duración de la relación entre el usuario y el banco, observándose en Europa unas relaciones más duraderas.
Por otro lado, la canibalización entre tarjetas y los servicios de pagos a cuenta, especialmente a partir de los próximos servicios de iniciación de pagos, es considerada como una realidad más que incipiente. Seis de cada diez directivos entrevistados consideran bastante probable que el pago desde cuenta sustituya a la tarjeta en eCommerce en los próximos diez años.
Pese a ello, los datos del estudio trasladan que el servicio de iniciación de pagos es aún un gran desconocido ente la población bancarizada con experiencia de compra on-line. El nivel de desconocimiento supera el 65% en ocho de los diez países analizados. La percepción de la seguridad es, en general, baja con relación a la tarjeta, especialmente en Argentina y los países europeos.
Dentro de las posibles innovaciones respecto a la autenticación de pagos, es la huella dactilar la que corre con más ventaja. Más del 60 % de la población bancaria está dispuesta a utilizar este sistema, que se percibe más seguro, moderno, fácil y rápido que el actual PIN.
Asimismo, el uso de dispositivos móviles como medio de pago ha experimentado un fuerte incremento de nuevos usuarios, aunque aún es muy bajo en comercios físicos. La falta de confianza e irrelevancia son inhibidores comunes en los once países objeto de estudio, presentando Latinoamérica la particularidad de que los comercios van detrás de la tecnología y no disponen de esta opción de pago.
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