Se combinan mayores expectativas de entrega por parte de consumidores, cambios regulatorios sobre aranceles y la reducción de exenciones como el “de minimis” en algunos mercados, además de mayores costes de logística y presión sobre la cadena de suministro.
Los especialistas advierten que la mayoría de los retailers y marcas esperan crecimiento internacional en el último trimestre, pero no todos se sienten preparados. La capacidad para gestionar picos depende ahora no solo de stock y de centros logísticos, sino de la resiliencia de las rutas internacionales, acuerdos con operadores locales y soluciones de fulfilment cross-border que minimicen tiempos y costes. Para empresas españolas que venden al exterior, esto implica revisar inventarios en destinos clave y optimizar mix de canales: marketplaces con fulfilment propio, sellers locales y partners 3PL fiables.
Otro factor clave es la inflación de los costes de adquisición digital. En mercados maduros, competir por visibilidad en redes y buscadores es cada vez más caro, por lo que las marcas deben mejorar conversiones y retención. La personalización, la logística predictiva y el servicio postventa multilingüe se posicionan como palancas decisivas para sostener ventas internacionales rentables durante la temporada alta.
Finalmente, el informe destaca que la ventana para diferenciarse será la experiencia completa: desde la claridad en tiempos y costes de envío hasta la gestión de devoluciones internacionales. Las empresas españolas que optimicen esos puntos tendrán ventaja en mercados donde la confianza del consumidor es la moneda de cambio.
En este contexto, algunos analistas recomiendan a las marcas españolas anticiparse a la presión del pico de temporada apostando por alianzas estratégicas con operadores logísticos regionales. Esto permitiría descongestionar envíos en rutas saturadas y ofrecer al cliente internacional tiempos de entrega competitivos incluso en semanas críticas como Black Friday o la campaña de Navidad. La lección es clara: quienes diversifiquen sus soluciones logísticas y adapten sus estrategias de pricing a las condiciones locales tendrán más posibilidades de convertir la complejidad de la temporada alta en un motor de crecimiento sostenido.
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