Un estudio revela que casi la totalidad de empresas encuestadas esperan crecimiento internacional en el cuarto trimestre, pero solo un tercio se considera realmente “preparada” para gestionar un pico con operaciones cross-border maduras. Ese desajuste crea una ventana de riesgo —problemas de stock, entregas tardías, aumento de reclamaciones— que puede erosionar marcas en mercados nuevos.
Para España esto tiene dos lecturas. La primera: existe una oportunidad para proveedores de servicios (logística, compliance, plataformas de pago internacionales) para atender la demanda de pymes que salen al exterior sin la infraestructura adecuada. La segunda: las marcas españolas deben invertir ahora en procesos escalables si quieren aprovechar el apetito por consumo internacional sin sufrir daños reputacionales. La preparación pasa por planificación fiscal, cumplimiento aduanero y flexibilidad logística, áreas donde muchos sellers aún muestran carencias.
Los expertos recomiendan auditar rutas de fulfilment, diversificar stock en hubs logísticos y usar data para planificar promociones y evitar rotura de stock en mercados clave. Aquellas empresas que actúen ahora aumentarán su probabilidad de convertir expectativas de crecimiento en ventas sostenidas.
En paralelo, la creciente presión regulatoria añade otro nivel de desafío. Cambios recientes en la normativa europea sobre protección del consumidor online y en la fiscalidad de productos importados obligan a las empresas a adaptarse con rapidez. Aquellas que descuiden estos aspectos corren el riesgo de sanciones o bloqueos aduaneros que arruinen campañas enteras. Por ello, varios expertos señalan que la preparación no puede limitarse a la logística, sino que debe incluir asesoría legal especializada y sistemas de compliance digital robustos que garanticen seguridad y confianza en el mercado internacional.
Fuente: Global Trade Magazine