Amazon ha implementado una nueva política que obliga a sus vendedores en Europa a contratar un seguro de responsabilidad comercial. Esta normativa afecta a aquellos que generan más de 5.000 euros mensuales en ventas y tiene como objetivo proteger tanto a los vendedores como a los compradores en su plataforma. La póliza exigida debe cubrir todos los productos vendidos y proporcionar una cobertura mínima de 500.000 euros. Además, el deducible no puede superar los 10.000 euros y la aseguradora debe tener capacidad internacional para manejar reclamaciones.
El seguro debe incluir a Amazon como beneficiario adicional, lo que significa que la plataforma estará cubierta ante cualquier problema relacionado con los productos vendidos. En Estados Unidos, esta política ya estaba en vigor, con una cobertura mínima requerida de un millón de euros. Los vendedores que no cumplan con esta normativa se enfrentan a la suspensión de sus cuentas, aunque Amazon considera excepciones caso por caso.
Sin embargo, la medida ha generado preocupaciones entre los vendedores, especialmente en cuanto a la dificultad de encontrar proveedores de seguros que cumplan con todos los requisitos. Esta nueva carga administrativa y financiera es vista por algunos como un desafío que podría afectar a los pequeños vendedores que operan en el marketplace.
Amazon ha defendido la política como necesaria para proteger a todas las partes involucradas, asegurando un entorno más seguro para los consumidores y reduciendo riesgos legales. La plataforma también reportó un fuerte crecimiento financiero en el segundo trimestre de 2024, con un beneficio neto de 13.485 millones de dólares, lo que refuerza su posición dominante en el comercio electrónico.
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