La tecnología avanza a un ritmo imparable y todos los sectores se están preparando para dar el salto a la innovación. El sector minorista no es ajeno a esta tendencia; el concepto de New Retail hace referencia a la integración de la experiencia de compra online y offline. Se trata, por tanto, de un nuevo enfoque que trata de utilizar la tecnología para crear una experiencia de compra completa.
Este término, cada vez más en boca de los expertos en logística y líderes del sector minorista, estuvo muy presente en el Digital Economy Summit (#DES2024) celebrado en Hong Kong en el mes de abril. En él, se extrajeron lecciones interesantes sobre cómo la región, que está actualmente inmersa en un importante proceso de digitalización, puede anticiparse y aprovechar las herramientas para que la distribución de los productos y la experiencia del consumidor mejoren.
No obstante, los avances también conllevan desafíos que deben tenerse en cuenta y que, algunos de ellos, pueden suponer un peligro para el futuro del sector.
En primer lugar, la falta de sincronización de los datos entre las plataformas online y la compra física puede penalizar a los pequeños minoritas. Esto incluye también la falta de tecnología en pequeños comercios locales para actualizar inventario y gestionar los pedidos. Todo esto, junto con una experiencia del consumidor más limitada, configura un sistema fragmentado que puede afectar a la carrera por la transformación digital.
En algunas zonas, las cadenas de suministro pueden sufrir ciertas deficiencias, derivadas principalmente por una planificación de la demanda potencial ineficiente y por tanto incapacidad para adaptarse a los cambios de demanda, una falta de visibilidad del inventario en tiempo real o una mala gestión de los pedidos. Uno de los casos de éxito que ha conseguido sortear estos peligros es FoodPanda, la principal empresa de food delivery presente en todo el territorio y con miles de locales adscritos.
Por otro lado, la democratización del internet a toda la población y su uso en los comercios minoristas (para la venta de productos a través de eCommerce) lleva asignado un riesgo derivado de la fragilidad en la seguridad de los datos. Esto es, entre otras cosas, los datos de los clientes, así como la información de las tarjetas de pago ante posibles ataques cibernéticos como el Ransomware o el DDos.
Y, aunque en muchas ocasiones no es tal, el desfase en los análisis de las métricas de compra online puede generar una visión obsoleta del comportamiento de los consumidores y el mercado en su conjunto, por lo que la cadena de suministro puede llegar a ser ineficiente y muchos minoristas pierdan oportunidades de negocio. Como consecuencia, la satisfacción de los consumidores puede verse mermada. De ahí que las empresas en Hong Kong se deban adelantar a los desafíos que supone entrar en el eCommerce del territorio y prevenirse ante posibles problemas que puedan surgir en el futuro y mantener así un buen nivel de ventas.