La guerra de Israel contra Hamás tras los atentados terroristas del siete de octubre ha afectado a casi todos los aspectos de la vida diaria de los israelíes. En el contexto actual, la reciente noticia del cierre de tres importantes plataformas de comercio electrónico podría ser interpretada fácilmente como una consecuencia directa del nuevo escenario bélico.
La significativa ralentización económica (no se descarta incluso una recesión en 2024), el desplome del consumo, la incorporación al ejército de cientos de miles de reservistas y el cambio radical en los hábitos de vida de los ciudadanos serían razones más que suficientes para comprender por qué el sector del comercio electrónico en Israel estaría abocado a un ajuste.
Sin embargo, la realidad es más compleja y tiene más que ver con la dinámica del propio sector que con la situación política. El problema, según Shopify, compañía líder a nivel global en la provisión de estrategias y servicios de comercio electrónico, no es el consumidor israelí, sino la tecnología. La guerra tendrá un efecto, sin duda, pero no necesariamente a la baja. El comercio electrónico israelí no está en retroceso, sino en proceso de cambio.
Las tres plataformas que han cerrado (Shufersal, principal cadena de supermercados de Israel, Azrieli Group y Melisron, que cierra Groo y Baligam) son, según Shopify, precisamente las empresas que decidieron desarrollar sus propias soluciones tecnológicas y renunciaron a comprar las opciones que ofrecía el mercado. Esta política les obligó a un gasto importante en software y en mantenimiento, que lastró sus beneficios.
Mientras tanto, el sector en Israel adelanta a otros mercados del resto del mundo en ingresos, que continúan siendo superiores a los esperados en función del tamaño del mercado. Esta constatación relativiza el supuesto tradicional de que el mercado israelí es demasiado pequeño y es lo que ha conducido a la canadiense Shopify, con una capitalización bursátil que supera los 100.000 millones de dólares, a abrir su primera agencia en Israel, a través de la empresa local BOA Ideas. BOA Ideas fue creada en 2007, y desde 2014 está especializada en el desarrollo de webs y apps para empresas de tamaño medio interesadas en la venta directa al consumidor a través de Internet.
El programa Shopify Plus ofrece a las empresas los servicios de cobro en varias monedas, estrategias de venta y sistemas de gestión de almacenes. También facilita las ventas al exterior ya que Shopify tiene en cuentas las diferentes regulaciones impositivas y aduaneras; así, el valor de la transacción incorpora ya los derechos de aduana, algo que no estaba disponible en Israel. El programa va dirigido a empresas con ventas mensuales de al menos un millón de shekels (252.000 euros).