La inteligencia artificial, el Internet de las Cosas, las criptomonedas y los pagos validados por biometría son tendencias que han cambiado el sector de los medios de pago.

IA e IoT al frente de la innovación
La Inteligencia Artificial (IA) y el llamado Internet de las Cosas (IoT) también han encontrado su aplicación en los mercados de los pagos globales. Los asistentes virtuales impulsados con IA se usan de forma creciente para realizar compras virtuales y pagos mediante comandos de voz. En mercados digitales avanzados como Estados Unidos o Reino Unido, un porcentaje de compradores de doble dígito poseen asistentes de voz que ya han sido utilizados para hacer pagos, según una reciente encuesta de 2019 de Transaction Network Services citada en ATM Marketplace. En concreto, en el primer trimestre de 2019, un 45% de compradores de entre 25 y 34 años de Estados Unidos ha realizado compras por voz.
Los pagos IoT (siglas de Internet of Things) también está proyectado que crezcan rápidamente hasta 2023, impulsados por los coches conectados y los dispositivos conectados en el hogar, Sin embargo, para que estas nuevas formas de pago desarrollen todo su potencial, aún se necesita que los compradores se convenzan de que son seguras. Más de uno de los encuestados a nivel global solo utilizaría los pagos activados por voz para compras de escaso valor, y menos del 50% confiarían en que estos pagos son realmente seguros.
Los pagos en criptomonedas aún deben ganarse la confianza del comprador
Entre otras innovaciones el boom de las criptomonedas ha irrumpido en el espacio de los pagos, como muestra este informe de yStats.com. Aunque solo un porcentaje de un uno por ciento de la economía global con Bitcoins se atribuye a los pagos a vendedores a principios de 2019, esto aún se traduce en un volumen de cientos de millones de dólares americanos a lo largo de todo el año. Aunque más negocios están empezando a aceptar los pagos en criptomoneda y se lanzan nuevas acuñaciones digitales, los consumidores aún se muestran recelosos ante la enorme volatilidad y complejidad que implican estos pagos.